Llevo días queriendo escribir unas líneas, pero, por más vueltas que le doy, no sé cómo hacerlo.
Parece que fue ayer cuando en el google maps buscaba cómo llegar al Cristóbal de Monroy. Parece que fue ayer cuando elegía qué asignaturas impartir y con qué grupos compartir. Parece que fue ayer y a la vez hace ya un mundo de todo aquello.
Parece que fue ayer cuando entraba en el aula y miraba todas aquellas caras, todos vuestros rostros. Todos mirabais en silencio, diría yo que incluso temerosos. ¿De qué iría ese tipo con mochila y camiseta con un teleñeco?
Vosotros todavía no lo sabíais, pero yo ya sí sabía que el milagro se produciría: con el tiempo íbamos a pasarlo muy, pero que muy bien. Para mí erais todavía unos desconocidos, sí, pero yo ya sabía que esos rostros sin nombre no tardarían en formar parte de mi historia como maestro, de mi historia, de mí.
Recuerdo que ya el primer día con la primera charlita -primera para mí que sabía que habría cientos- estabais desconcertados. ¿De qué va este hombre? ¿Va en serio? Que si la Historia no es importante, que si la Geografía tampoco, que si no traigáis el libro de texto hasta que os avise,...
Bueno, qué más daba si iba en serio o no, el caso es que las horas de clase pasaban y no se daba clase: ¡¡¡y ni siquiera había que preguntarle para enredarlo porque él solito era capaz de perder toda la hora de clase!!!
Y hablaba y hablaba y hablaba...
Y se plantearon las clases: cómo era el temario (poco importante), cómo daríamos las clases (con el cañón: eso al menos decía él; ya veríamos si era verdad después o no), cómo serían las tareas (lectura, esquema y resumen, y decía que no se harían las actividades del libro, o al menos eso decía, porque eso empezaba a ser casi increíble), cómo serían los exámenes... ¿Los exámenes? No recordamos nada, bueno, nada más que aquello de ... ¡¡¡Los mínimos!!! Un horror.
Bueno y luego estaba lo del blog y lo de las páginas web: un galimatías. No había quién encontrase nada de nada en ellos.
Al cabo de quince días, después de charlas y más charlas y monólogos y más monólogos, después de habernos reído lo suyo, al final un día dijo: Mañana comenzamos con el temario. Es como si sonase la campana del recreo: terminaba el festival de chistes y majaderías y seguro despertaríamos del sueño. Seguro que ahora empezaba la cara B de un disco que en su cara A había sonado bien.
Y así fueron pasando los días y las semanas. Y el festival no se terminaba. Los chistes malos, los monólogos, las charlistas,... Todo seguía igual. Cada día ahí llegaba él con su mochila negra a la espalda y su pendrive amarillo colgado del cuello. Y poco a poco fue ocurriendo: poco a poco fuimos disfrutando, poco a poco nos fuimos gustando. Y reíamos y hablábamos, y reíamos y hablábamos... ¿De qué? De todo: nos reíamos de todo y de todo hablábamos. Ah, y, además, casi que de vez en cuando, hasta dábamos clase.
Pues sí, así ha ido todo. Resulta fácil decirlo, ¿verdad? Ha sido como una película, de cine.
Pero, al final llegó el final. Ahora veo rostros con nombre (todavía, XD), veo personas que no me son indiferentes, veo gente a la que he aprendido a apreciar y querer. Gente a la que voy a echar de menos. Vaya que sí.
Muchos me preguntáis: Venga, profe, ¿a que ésta es tu clase preferida? Es una pregunta ante la que no tengo respuesta. ¿O tal vez sí? ¿Mi clase preferida? La preferida es la tuya. Mi preferido eres tú. Tú con quien tanto he compartido, tú a quien he escuchado, tú con quien he hablado, tú con quien he disfrutado, tú de quien he aprendido, tú que me has ayudado a amar mi profesión, a salir de mí mismo, a amarte.
Al final llegó el final. Recuerdo momentos, sí, y muchas, muchas sonrisas. Me quedo con una parte de todos vosotros.
Ya sabéis que es casi seguro que no estaré con vosotros el próximo curso. En algún lugar debe haber algún instituto cuyo nombre desconozco y tendré que buscar en el google maps, con otros rostros que aún no tienen nombre. Y ellos, aunque aún no lo saben, también formarán parte de una bonita historia.
Como os dije soy Profesor de Geografía e Historia. Hago mal honor a mis apellidos: sé poca Historia y todavía menos geografía. Eso sí, pongo todo el esmero que puedo en ser lo mejor Profesor posible. Espero haber construido con todos una relación entre maestro y discípulo, que es de las cosas mejores que pueden pasar en un aula: no solo el respeto, sino la admiración mutua. Y más aún: el cariño mutuo.
Espero haberos enseñado que en la vida una sola cosa es imprescindible y una sola cosa es importante: hagas lo que hagas, hazlo con cariño. Dinero, fama, salud,... todo está bien, pero el ingrediente básico en el vida es el amor.
Siempre vuestro. Sinceramente vuestro. No os olvidéis de saludarme cuando nos encontremos por ahí. Recordad que casi seguro no recordaré vuestro nombre. No me lo tengáis en cuenta. Siempre seré vuestro profesor. Siempre: la historia lo quiso así y ya es historia y la historia no puede cambiarse. Será toda una alegría saludaros.
Señores, como siempre, un placer.
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5 comentarios:
Tan grande como siempre maestro muchísimas gracias por todo eres una bellísima persona y aunque no haya podido disfrutar contigo de todas tus clases si que e estado la mayoría del curso gracias por esos consejos y por eso seas risas por ser tan gran padre y tratarnos como un hijo que suerte tiene Pablo y tus demás hijos, siempre siempre te recordaré gracias por ser así espero verte pronto
Jose Manuel muy buenas noches, soy la madre de Tania Lillo,la verdad que no se como empezar me quedado sin palabras y muchas lagrimas.Ante todo felicitarte y agradecerte de como has llevado este curso, te has ganado a los niños desde el primer dia, y eso hoy en dia pocos profesores son tan queridos y admirados como lo eres tu,no solo le has enseñado geografia e historia, escucharlos comprenderlos hacer la clase mas divertida eso le.alegraba dia a dia. Mi hija en concreto,deseando que llegara la hora de sociales, hay esos minimos, que nos traigan locos, pero poco a poco empezamos a cojer el ritmo.Solo decirte que gracias,gracias y muchas gracias por ser como eres insuperable, y gracias a dios por ponerle a mi hija un gran profesor, y como no una gran persona como lo eres tu.Te deseamos lo mejor para el curso que viene y pidiendo como no que vuelvas cuanto antes, te estarán esperando. Un saludo y el placer a sido de nosotros.
Hoy ha sido un día, cómo decirlo, ¿un poco jodido? para mí. Despedirme de tanta gente es algo a lo que uno no llega a acostumbrarse. Me queda el consuelo de saber que lo doloroso de la despedida no hace sino poner la medida de lo vivido.
Decir que he disfrutado añade poco: resulta evidente, los chicos lo saben bien.
Una suerte para mí llevar tantos pequeños pellizcos de tanta gente. Una suerte para mí tener la oportunidad de poner un pequeño grano de arena de felicidad. De cariño.
Un abrazo para todos.
Yo nunca lo olvidare
Ha un placer
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