Una palabra que hasta el otro día sonaba a vacaciones en familia, a escapada de enamorados, a luna de miel o a glamour, hoy se viste de realidad: hoy nos ofrece la cara más oscura del ser humano y la fragilidad más grande del hombre.
Qué lejos queda la frase de aquel francés que en el XVIII decía que el hombre es bueno por naturaleza.
Hoy, como tantos días, pero de un modo más que evidente, se impone una reflexión, no sé si una autorreflexión y, más que pedir respuestas, pensar si YO MISMO tengo una respuesta para todo lo que está pasando, para los problemas que, opine yo o no, piense yo o no, tenemos y nos salpican a todos.
Hoy más que nunca -como siempre- se impone que cada cual realice su propia contribución con su opinión y su pensamiento. El mundo no es lo que ocurre ahí fuera: el mundo también soy yo, también eres tú.
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