Sobre las notas aquí en el blog.

El poner las notas aquí en el blog viene para dar respuesta a dos necesidades: la primera que el alumno tenga su nota cuanto antes (no solo es de agradecer, sino que, además, hace que la nota sea verdaderamente útil); y la segunda para que los padres, sin duda, también sepan, lo antes posible y a tiempo, cómo marchan sus hijos.
Es por esto que se ruega que no se hagan circular por otros lugares y otros modos para evitar que se saquen de contexto.
No obstante, si alguna familia tiene problemas con conocer las notas de su hijo por anticipado aquí en el blog, no tiene más que hacérmelo saber.

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Aquí se colgará la información al respecto a lo largo del curso.

domingo, 15 de junio de 2014

3ºC. Mi querido 3ºC. Notas finales.

3ºC. Notas finales.
Fecha: 11 junio 2014

Son más de las 12 y media de la noche. No son horas de seguir. Ya os dejaré cuál es mi visión global del curso más adelante. Tiempo hay.

Yasmín: 5. Pufffff. Al final, todo terminó bien, ¿no? Visto lo visto, fue clave el primer trimestre. Cierto que unas veces porque te costaba trabajo comprender otras porque no le dedicabas el tiempo suficiente, lo cierto es que llevas todo el año al filo de la navaja y que en el segundo trimestre estabas fuera. Pero bueno, al final, todo terminó bien. Es cierto que, no todo es poner caritas, sonreír y hacer caídas de ojitos. Cierto. Cierto que en esta ocasión todo terminó bien. Cierto. Menos mal. Me alegro muchísimo por ti. I loviu.

Sandra: 5. Uyyyyyyyy. Un tercer trimestre nefasto te ha llevado al límite y ha estado a punto de dar con todo un curso al traste. Todo se ha complicado más de lo previsto, ¿verdad? Pero bueno, al final, todo pasó: menos mal que el curso no ha durado un mes más… Es verdad que has trabajado, tú lo sabes bien, poquito, poquito. Cuando, a sorteo, salía tu nombre, siempre fue agua: nunca tenías hecha la tarea y eso ha sido el lastre que te ha supuesto una sangría de puntos. Me alegro de que por fin todo termine bien. Me alegro. No juegues tan al límite en el próximo curso.

Sara: 1

Alejandra: 5. Un curso demasiado ajustado. Al final, no sabemos cómo, pero te da el cinco. Es un cinco que tú sabes bien que no has luchado. De hecho, dio la impresión de que tirabas la toalla. Pero al final se impone la ley de la calculadora y el cinco es tuyo. Has tenido todo el año la cabeza en mil cosas, menos en su sitio. Y, de hecho, la realidad es que has ido a menos, cada vez más despistada, más distraída, menos atenta, menos trabajadora… Tú lo sabes bien. De hecho, seguro que tú eres la primera sorprendida por este cinco. Aprovecha la oportunidad que te da esta nota, que la flauta no suele sonar dos veces. Ojalá este aprobado te sirva para cambiar y no para que vuelvas a intentar de nuevo la misma jugada.

José Enrique: 5. No te puedes imaginar lo ajustado que es este cinco. ¿No te lo esperabas, verdad? Bueno, jugaste a hacer la montaña rusa, arriba y abajo, alternando aprobados y suspensos, y, al final, te quedaste arriba. Creo que nuestra conversación en el primer trimestre fue clave. ¿Recuerdas aquel día junto con Alejandra y Raúl? Tú aprovechaste bien lo que hablamos y en ese momento, por primera vez te vi ponerte las pilas. Desde entonces, fuiste capaz de entender que las bromas tenían su lugar y empezaste a estar más centrado. El caso es que yo he disfrutado de tu sentido del humor, y lo sabes.

Alba: 5. Uyyyyyyyyyyy. Al filo de lo imposible. Respira. ¿Te salía el aprobado? Creo que no, ¿verdad? Yo también pensaba que te quedabas. Así, metí las notas en la calculadora, aguanté la respiración y… ¡sorpresa! Apareció uno de los aprobados más justitos que he puesto nunca. El caso es que si hubieses trabajado durante el curso, habrías tenido los puntos que te hacían falta para ir con más tranquilidad, pero ha sido ése tu verdadero problema: la falta de trabajo. Ya sabes: sonreír y ser calladita, no es suficiente. Me quedo con tu talante agradable, con la mirada con la que confesabas el error del trabajo sin hacer. Tu intentar pasar desapercibida. Pero cuentas con un encanto que muchos compañeros aprecian. Y yo también. Me alegro por ti. Espero que el año que viene te atrevas a luchar con más ímpetu.

Joaquín: 10.¡¡¡Enhorabuena!!!! ¡¡¡¡Enhorabuena!!!!! ¡¡¡¡Enhorabuena!!!!  Constancia, trabajo y humildad. Gran estudiante. Lealtad, amistad y responsabilidad. Gran amigo. Que nadie dude que detrás de ese chico callado y que no quiere llamar la atención se esconde una gran, grandísima persona.  Me ha encantado tenerte por alumno. Tu brillantez ha radicado en hacerlo todo, pero sin estridencias, casi sin notarse. Un placer tener la ocasión, no solo de darte clases, sino de poder reconocer tu trabajo con esta nota.

Iván C.: 3. Bueno, pues no hubo sorpresa. Hace tiempo que se veía venir. Me pregunto por qué no lo llegaste a intentar. Me pregunto si pude hacer algo que no hice. A mediados del segundo trimestre repuntaste, pero al final te hundiste. Me pregunto si pude hacer algo más. Eres uno de esos alumnos con los que uno le da vueltas a las cosas. Y es que eres un buen chico. Un buen chico. Eso es seguro. Hablamos, sí, hablamos. Pero no obtuvimos el resultado esperado. Te faltó trabajo, lo sabes; te faltó confianza, lo sabes; te faltó creer en ti, lo sabes. Por favor: cree en tus posibilidades, confía en ti, cree en ti. Aunque el resultado este año haya sido malo, eso no habla de lo que eres, sino solo de lo que te ha pasado. Y lo que ha pasado, pasado está. El futuro no está escrito: puedes cambiarlo. Puedes. Puedes. Puedes. Ánimo.

Raúl C.: 3. Desde el principio apuntaste maneras y, a pesar de que hablamos, no llegaste a comprender que pasarlo bien y aprobar eran hechos perfectamente compatibles. Al final tienes lo que buscaste: lo pasaste bien y punto. Por lo demás, nunca llegaste a trabajar, tampoco te preocuparon los malos resultados. Una pena. Te limitaste a, de vez en cuando, intentar aparentar preocupación e interés. Pero era pura apariencia y tú lo sabes. No obstante, me quedo con tu sentido del humor y con las bromas que hemos compartido. ¿Lo intentarás el próximo año?

Carmen D.: 8. Grande. Grande. Grande. No sabes cuánto he disfrutado teniéndote como alumna. Poca gente es tan luchadora y pone tanto interés y ello a pesar de que tantas veces no obtenías el resultado que esperabas. Tu extra de trabajo tiene un valor extra. Seguro. Eres una auténtica gladiadora: has sabido luchar y gracias a ello te llevas un ocho que yo creo que sabe a gloria. Has sabido centrarte en tu trabajo y en tus estudios, y eso a pesar de, cómo decirlo, alguna que otra distracción, ¿verdad? Pero eres de esa gente que sabe lo que quiere, y eso ayuda mucho. Cuando llegaba a la clase, sabía que con algunos debía luchar, a otros los tenía que centrar y a otros atraer. Pero del mismo modo sabía que Carmen siempre estaba ahí, siempre atenta, siempre trabajando, siempre dispuesta a seguir mis instrucciones, siempre ahí. Un placer haberte conocido y haberte dado clases. Sigue siempre así.

Pablo: 10. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Enhorabuena!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Un diez supermerecido. Siempre discreto, siempre todo hecho, siempre dispuesto, siempre discreto. No se te conoce un mal gesto, no se te conoce un reproche, no se te conoce una mala palabra. Gente así hace falta, sobre todo en un mundo en el que los que no hacen ponen todo su interés en aparentar que hacen. Tú nunca aparentas, te limitas a hacer. Y además siempre a hacerlo todo lo mejor posible. Sí, señor. Para mí no eres Pablo, sino Don Pablo. Y serás ese Pablo trabajador, pero a la vez ese Pablo que desde luego también sabía charlar lo suyo, pero siempre en la discreción. Pablo, un placer haber sido tu profesor.

Alfredo: 9. Ahí está el tío. Un nueve. La madre que te parió. Un nueve. Eres el artista de hacer lo menos posible. De saber reducir el trabajo al mínimo imprescindible. Pero el caso es que no tengo más que reconocer que te sale hasta bien. De todos modos, debes comenzar a ponerte las pilas, no sea que cuando necesites apretar los dientes, no seas capaz. Charlatán como tú solo, siempre hay que arrearte para trabajar. Vamos Alfredo, vamos Alfredo; abre la carpeta, Alfredo; ponte a trabajar, Alfredo; “quillo” déjalo ya y haz algo, Alfredo…”. Ése es Alfredo, sí señor. Nunca se te enfrenta: él se ríe, mira para abajo y hace como que va a empezar a trabajar, pero cuando lo ves al rato, el tío no se ha puesto. Ay, Alfredo. Un placer.

Julio: 7. Un siete seguro que no era tu mejor opción aunque tampoco llegaste a apostar más, ¿verdad? En general, te has ido desinflando a lo largo del curso, aunque te has mantenido en una línea discreta. De hecho, la discreción es tu seña de identidad. Pero, a pesar de todo, no nos confundamos: has hecho tus tareas, has venido estudiando con regularidad y, sobre todo, eres sincero a la hora de reconocer tus errores y tu actitud es positiva en el grupo; lástima que no te animes a aportar más y con más frecuencia. Quizás te falta un poco más de empuje y decisión y valorarte, no solo de “puertas pa dentro”, sino en tu papel en el grupo, en lo que tienes que aportar, en lo que tienes que opinar. Te lo aseguro: tus opiniones, incluso cuando no las he escuchado, sé que son acertadas.  Hace falta más gente como tú. Un placer haberte dado clases.

Fco. Javier: 4. PUffffffffff. Al final se confirmaron los peores presagios. No quería que ocurriera, pero se sabía que podía ocurrir. Es más, si hasta el segundo trimestre todo fue en la cuerda floja, el tercer trimestre ha sido desastroso: de tres exámenes, tus notas: 1’75, 0’25 y 0; con esas notas se hunde hasta un portaaviones. ¿¿¿¿¿Qué te ha pasado????? No puedo entenderlo. Ya hablamos al terminar el segundo trimestre y te indiqué que no te confundieras que el cinco que te daba el trimestre respondía al redondeo de un 4’62. Lo siento muchísimo, muchísimo. Contaba con tu aprobado, incluso antes que con otros que, creyéndolos suspensos, sin embargo, al final han aprobado. Es verdad que tenías algunas dificultades, pero respondían más a una falta de estudio que otra cosa. Es verdad que tu atención en clase y tu trabajo diario eran, cómo decirlo, irregulares. No obstante, lo ibas compensando con la presentación de los archivadores. En fin, al final me quedo con la relación con un alumno con el que me lo he pasado genial, con el que he compartido muy buenos momentos, con el que me he reído. A pesar de todo, nada puede cambiar que me alegra haberte tenido como alumno.

Iván H.: 7. Solo un siete y lo peor es que es un siete por los pelos. Cierto que tienes una buena comprensión gracias a una gran atención en clase. Con más o menos esmero, lo cierto es que has realizado las tareas puntualmente a diario. Pero te faltó más capacidad de sacrificio, estudiar mucho más y no excederte en autoconfianza. Me quedo con ese alumno que siempre venía al final de la clase a comentar algún aspecto de la clase, o alguna de las miles de cosas que yo hablaba, o alguna cosa que simplemente quería compartir conmigo. Has sido un gran conversador, sí señor. Estoy seguro de que el año que viene irás a más. Seguro. Tienes que comenzar a “entrenarte” más duro para luchar por lo que quieres.

Diego: 7. Mi querido “malo-de-érase-una-vez-el-hombre”: por fin voy a librarme de ti. Ese pillo que siempre cambiaba el fondo de escritorio del ordenador con esas ordinarieces del Madrid. Ese pillo que, no sabemos cómo, pero siempre terminaba levantado en cualquier lugar del aula. Ese pillo que, no sabemos cómo, siempre terminaba vapuleado con alguna “colleja” de no sabemos quién. Ese pillo con sonrisa y ojos traviesos. Te echaré de menos, canalla, eso seguro. Sobra decirte algo que ya sabes: ha sido un placer.

Claudia: 5. Final de cuento: no sabemos cómo, pero al final la princesa ha tenido un final feliz. Y es que Claudia es eso: una princesa feliz… demasiado feliz. Ella se ha paseado demasiado, se ha sonreído demasiado. La pena es que me temo que este cinco va a ser, cómo decirlo, una especie de oasis en el desierto del boletín de notas. Se ve venir, ¿no? Pero esta princesa tiene su genio, ¿eh? Sí, todos lo saben. Lo que ocurre es que este año también tiene por cabeza una pajarería. Demasiadas cosas rondando esa cabecita, ¿verdad? No voy a decirte la lista de “tienes que” que tú misma ya sabes debes intentar poner en práctica para poder enderezar el rumbo de un barco que se ha perdido en la travesía de este curso. En lugar de ir a más, has ido a menos y no has sabido pararte. En fin, es momento de valorar. Es el momento de pensar. Sé que no es tu deporte favorito, pero se impone que pienses. Estoy seguro de que puedes. Si no pasas de curso, y sabes que eso puede pasar, se va a romper una de las parejas con las que más me he reído este año: la que formas con Ana. Me encantan vuestras confidencias y cómo os entendéis con una mirada. Lo he pasado genial contigo.

Ana L.: 6. Mucho botín para el poco empeño puesto. Has sabido sacar el máximo rendimiento a tu poco esfuerzo. En eso has demostrado ser bastante inteligente. Has jugado bien tus bazas y, aunque has ido muy a lo tuyo, en ningún momento tu aprobado corrió peligro alguno. Controlaste. Pero en lo académico debes tener cuidado: esta jugada en algún momento puede no salirte bien. Además, vales mucho más y no deberías desperdiciar tu valía. De hecho, vales mucho en muchos campos. Hazte valer, te lo repito, hazte valer. Me encantaba ver esa cara cuyos ojos se achinaban a medida que aumentaba el tamaño de la sonrisa. Lo has pasado bien este año. Qué digo bien: te lo has pasado en grande. Ahora te toca seguir siendo inteligente y encontrar un mejor equilibrio entre pasarlo bien y rendir correctamente en tus estudios. Ahora toca, pasear menos por el pasillo, toca ir por agua por el camino más corto y no dando toda la vuelta al instituto. Un placer.

Lucía: 9. Dña. Agobio. Todos sabemos que tu no sé cómo me ha salido el examen o tu me ha salido regular son solo fruto de tus inseguridades. En el fondo, todos sabemos que, lo normal, es que al final tengas una gran nota. Serás siempre Sta. Colorada, aquella que nada más entrar yo en clase con mochila en la espalda, no había dado ni tres pasos cuando me llamaba y muy discretamente, en medio del tumulto habitual del aula, me indicaba si podía acercarme. Serás siempre la que intentaba negociar lo que entraba en el examen, siempre con la esperanza de que quitásemos alguna página más. Serás siempre Sta. Colorada, la que con nada enrojecía al límite de lo posible. Hiperresponsable. Nunca se te pilló en un fuera de juego: siempre trabajadora, siempre atenta, siempre interesada,… siempre superpreocupada. Me encanta cómo te mira Paloma cuando te pones superpreocupada. Me encanta. Debes seguir luchando por estudiar más leyendo y menos de memoria, no lo olvides. Ése puede ser tu mayor reto académico, créeme. Inténtalo. Inténtalo. Me encanta mi Sta. Colorada. Me ha encantado darte clases. Un placer.

Marta: 9. ¿Dónde están mis gafas preferidas? No te perdonaré jamás lo de las lentillas. La clase no es lo mismo desde que no pongo esas gafas en su sitio. No es lo mismo. Has sido constante en el trabajo, atenta en clase, siempre con interés, siempre responsable, pero bastante más. Gracias por haberte preocupado tantas veces por ayudar a tus compañeros, gracias por aportar siempre en positivo, gracias por construir un “espacio” más habitable. Gracias. Ha sido para mí una suerte tenerte por alumna, por todo lo que hemos compartido, por todo lo que nos hemos reído, por todo lo que hemos hablado. Sabes estar de broma cuando se trata de bromear y sabes estar en serio cuando se trata de resolver cualquier problema. No dejes de crecer, no dejes de ser así. Sé tú misma. Cómo no, un placer.

Ismael: 6. Sí señor. Un seis como la copa de un pino. No sabes cuánto me alegro… Bueno, creo que sí lo sabes. Has sido alguien especial. Comenzaste regular en los estudios y además un tanto distante. Poco a poco te fuiste acercando a mí. A veces me preguntaba si eras el típico alumno que intenta limitarse a aparentar que trabaja y convencer de ello al profesor. Con el tiempo fui descubriendo a una persona increíble. Es verdad que no siempre trabaja tanto como dice, pero también es verdad que ha ido a más, a más en todo: poco a poco se creyó que podía con el curso y, no sé cuánto, pero, sin duda, ha ido trabajando más, más responsable, más atento. Poco a poco, se ha ido abriendo y a mí, al menos, me has conquistado. Me pareces que eres alguien que, detrás de esa coraza que te has construido y detrás de la que te defiendes, hay una persona entrañable, muy entrañable. En este año has tenido de todo: tus “rollos”, tiempos de reír, tiempos de llorar. Hemos compartido mucho. Eres especial y, por eso, cómo no, un placer.

Lourdes: 4. Al final ocurrió. Tú no querías ni verlo, pero sabías que iba a ocurrir. Iba a pasar que el tener un carácter superagradable,  el tener una sonrisa increíble y una carita de osito de peluche iban a servir para que tuviéramos una relación genial, sí, pero no iban a servir para meterlas en la calculadora. La calculadora, al final, no entiende más que de los números que venían calificando desde comienzos de curso cada tema. Y, al final, la calculadora dijo solo 3’83. Y lo dijo, créeme, muy a mi pesar. Lo siento por ti. Pero el caso es que nunca has apostado seriamente por el curso. Cuando hablaba contigo sé que entendías todos los argumentos, incluso yo te creía cuando me indicabas que cambiarías. Pero finalmente el día a día te podía. Una lástima, porque, sin duda, habrías podido con un poco más. Y mira que has sido “todo un personaje” en el grupo. Cuánto juego han dado todas tus historias, cuantas veces has sido protagonista de las bromas de todos. Mucho ánimo: el futuro está en tus manos y sé, te lo repito, sé que si quieres puedes. Puedes. Es más, vas a poder. Un placer.

Iván P.: 10. ¿Enhorabuena? Enhorabuena es una palabra que contigo se me queda corta, porque siento que es pequeña. Enhorabuena no es suficiente para alguien que siempre lo ha dado todo sin reservarse nada. Enhorabuena no es suficiente para alguien que siempre ha trabajado, no por una nota, sino por la satisfacción del trabajo bien hecho. Enhorabuena no es suficiente para alguien que, aún pudiendo, nunca ha presumido de nada. Enhorabuena no es suficiente para alguien que, aún pudiendo, nunca ha pretendido demostrar todo lo que sabía, sino que siempre prefirió pasar desapercibido. Enhorabuena no es suficiente para alguien que a mí me ha dado lecciones de responsabilidad. Enhorabuena por ser tú mismo. Tienes una cualidad envidiable: no sé si sabes cuánto transmites sin siquiera articular palabra. Dejo a un alumno que se ha ganado todo mi respeto. Iván sin decir nada siempre estaba allí. Eres alguien capaz de aportar solo con tu silencio, con tu mirada, con tu tímida sonrisa. ¿Qué decirte? Solo una cosa: un placer.

María R.: 7. Una personita con una apariencia delicada, débil. Con un punto de timidez que la hace sencillamente encantadora. Una cabeza que se ha ido llenando de pájaros, que hay que decirlo, no todos deberían estar ahí, ¿verdad? Tenlo claro: vales mucho, pero mucho y no quiero ni pensar que no te hagas valer. Vales mucho. En clase, te esforzabas por mantener la atención, pero yo tenía que competir por retener tu atención con dos competidores muy potentes que han ido ganando terreno a medida que avanzaba el curso: Ana y el pasillo. Ay  ese pasillo, qué tendrá ese pasillo… Esos paseos por el pasillo, esos intercambios,…  Más me vale no preguntarte, porque te imagino leyendo estas líneas con una media sonrisa e intentando esconder el rostro, como tantas veces me has hecho. Lo siento: soy un metomentodo. Qué se le va a hacer. Me ha encantado meterme donde no me llaman y me he reído un montón contigo. Lucha por hacerte valer en todos los terrenos. En todos. En los estudios tienes que hacer un esfuerzo por estudiar más leyendo que empollando: tienes todavía el cuarto curso para aprender a hacerlo. Echaré de menos a esa pareja María-Ana con la que tanto me he reído. Un placer.

Alejandro R.: 8. Gran corazón. Sencillo. Noble. Gran compañero. Leal. Sincero. Grande Alejandro. ¿Y en los estudios? Bueno, en los estudios sabes que hemos hecho aguas más de una vez, y que no has trabajado todo lo que debieras, ¿verdad? No obstante, te llevas un ocho que imagino te tendrá bien satisfecho. ¿Lo esperabas? A mí, hasta cierto punto, me ha sorprendido, pero, al fin y al cabo, me alegra y mucho.  Tengo la sensación que eres de esos que me han escuchado. Siento todo tu respeto. Podría decirte un montón de cosas, pero un montón. Pero me quedo con una: qué bien me caes, jodío. Eres un tío alegre, capaz de reconocer los errores, siempre dispuesto a ayudar y siempre aportas mucho y bueno. No dejes nunca de ser así. Un placer.

Isabel: 10. No voy a darte la enhorabuena por el diez, por la sencilla razón de que era algo tan previsible. Basta tenerte en clase unas semanas para saber que el diez es tu nota. Algo previsible. Enhorabuena más bien por otros muchos motivos. Por tu capacidad de escuchar. Por tu capacidad de ponerte en el lugar del otro. Por tu capacidad de querer ayudar. Por el interés que pones en todo lo que haces. Por tu fidelidad. Por tu sinceridad. También por haberte dejado llevar donde más trabajo te costaba, incluso en cosas –tú lo sabes bien- que no compartías. Gracias por confiar en mí. ¿Recuerdas la película de Aladín? Sí, la de Disney. ¿Recuerdas la escena en que Aladín tiende la mano a Jasmin para invitarla a subir a su alfombra voladora? ¿Recuerdas la frase que le dice? Le dice exactamente: ¿confías en mí? Pues bien, eso mismo sucedió. Y tú te fiaste. Grande no es imponer, grande es saber escuchar, saber perdonar, saber confiar. Y tú has sabido escuchar y confiar, por eso te considero grande. Has comenzado a aprender a poner un cierto orden en cosas importantes, muy importantes. Todo no es sacar buena nota a costa de todo. Isabel es como un caleidoscopio. Está la Isabel artista, la Isabel actriz, la Isabel estudiante, la Isabel amiga, la Isabel ayudadora, la Isabel alumna, la Isabel hija,… Pues creo que todas ellas tienen algo en común: todas eres tú, todas han crecido. Y por eso, ahora sí, enhorabuena. Echaré de menos ese terminar la clase y preguntarte y ayer qué tal. Ha sido un placer compartir este año contigo.

Raúl R.: 5. Bueno, este cinco suena casi a magia. Te aseguro que no habría dado un duro por este aprobado. No obstante, poco a poco te has puesto y aunque has ido más que a lo justo al final te dio el cinco. Me alegro, aunque debes saber –y no olvidar- que esta jugada es probable que no te salga la próxima vez. Te has mantenido al margen de muchas cosas y siempre prefieres pasar desapercibido. El trabajo te produce alergia y es algo que deberás medicar. Tú sabes que ésa sí que es tu gran asignatura pendiente. En clase no te gustaba intervenir… y no lo hiciste. Sin embargo, te enterabas de más cosas de lo que muchos piensan. Eso sí, debes tener en cuenta que el esfuerzo comienza a ser pieza imprescindible para el éxito. Sé que te cuesta un montón, pero un montón, manifestarte y ser abierto, pero eso no quiere decir, para nada, que no tengas tu corazoncito.

José Luis: 5. Bueno, bueno. Imagino que al final satisfecho con este cinco. Pues sí, debes estarlo, porque eres de los que ha estado al filo de la navaja. Chico tímido del fondo, pero a la vez chico de carácter. Te escondes muy en el fondo. No tengas miedo de salir. José Luis es mucho más que eso que nos deja ver. Es como un iceberg: solo asoma una pequeña parte. En los momentos más difíciles -que también los ha habido, ¿verdad?- se te vio sufrir. Te has pertrechado detrás de un grueso muro frente a muchas bromas que te gustaron poco, bien poco. Pero resististe. Ahí, en el fondo, está José Luis. Por cierto, a lo largo del curso se te ha ido viendo cada vez más cómodo y quizás eso tiene bastante que ver con la mejora que he ido observando en ti a lo largo del curso. Me alegro de ello: me alegro no solo de tu aprobado, sino de verte cada vez más cómodo. Me alegro por ti.

Alejandro S.: 8. Qué poco me costaba picarte a lo largo del curso, ¿verdad? Eres un encanto, la verdad. No sabes disimular nada cuando te alegras de algo o cuando se te contraría. Eres un gran  trabajador, de eso no cabe duda. Me ha encantado ver cómo querías más y cómo no estabas de acuerdo conmigo tantas veces. Me encanta. Has sido constante y no te has dejado arrastrar por nadie. Sigue así. Has ido a lo tuyo y fruto de ello ese pedaSo de ocho que me alegra ponerte. Alejandro, un placer.

Ana S.: 7. Bueno, bueno. Ay qué ver esa alumna en primera fila, esa que siempre insistía e insistía e insistía e insistía e insistía… ¡Qué seguía! Cuántas bromas, cuántas. Cuántas veces te has picado, cuántas. Cuántas veces te has reído… de mí, canalla, cuántas. En fin, un curso, cómo decirlo, ¿genial? Has sabido superar dificultades de todo tipo, aunque te ha faltado dar un poco más de ti, apostar con más fuerza. Sabes que muchas veces te limitabas a aparentar trabajo, lo sabes. Pero al final creo que el siete te tiene contenta, ¿verdad? Me he pasado un gran curso contigo, Ana Sigue. Un placer.

Paloma: 7. ¿Tranquila al ver el siete? Imagino que más que tranquila, hasta sorprendida, ¿no? Pues es la nota que sale en la calculadora. Bueno, bueno. Un curso en el que ha habido de todo, ¿No Paloma? Muchos agobios que muchas veces eran fruto de ponerte a trabajar demasiado tarde.  Risas. Charlitas con Lucía. Paloma siempre será aquella niña discreta, muy discreta que nunca habla en público si no se la arrincona y obliga. Mofletes sonrosados, vergonzosa y que siempre aparenta trabajar más de lo que lo ha hecho. Sin duda, juega con la ventaja de parecer una niña buena. Eso seguro. Me ha encantado tenerte en clase. Un placer.


Mª Victoria: 4. Pufffffffffff. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? No entiendo nada. Tenías el curso en la mano. Tenías el curso en la mano. Demasiado carácter. Todo carácter. Mucho carácter. Todo carácter. Pero debes aprender que todo no es tener carácter: el carácter es un caballo al que hay que dominar; nunca te dejes dominar por él. Si es así, tu carácter fuerte se convierte en tu mayor debilidad, en tu dominador. Me ha encantado y cuánto tenerte en clase. Pero me llevo la espina de tu suspenso. La espina de no haber sabido evitar tantas cosas. La espina de no haber sabido vendar heridas. Una espina amarga. Quédate con un  fuerte abrazo. Un placer.

7 comentarios:

Unknown dijo...

Aquí tu Sta. Colorada. No me podía ir del blog sin escribirte algo. Seguiré tus consejos de cómo estudiar, lo intentaré. Gracias, gracias por cada risa en clase, por cada chiste tonto, por cada charlita que me hacían pensar bastante, por ayudarnos en todo... Gracias por todo, José. Siempre tan sonriente, aquel que si se mete las manos en los bolsillos cuando explica, no es el mismo. Un maestro, amigo, que todo el mundo quisiera tener. Eres un gran ejemplo como persona, en todos los sentidos. Casi todas las horas antes de nuestras clases ya estaba pensando en sociales, una asignatura que más o menos me gusta, pero que el profesor es genial, como un 2° padre para todos. Desde que te vi por primera vez en 3°D dando Ciudadanía pensé que ibas a ser mi profesor favorito, y mira por dónde, me cambio de clase y eres mi tutor! Grande, muy grande. Eres realmente increíble, en serio te lo digo. Quizá mi inseguridad me impida sacar más nota de la que puedo sacar, pero contigo he aprendido, a ser unnnnnn pooooooquiiiiiiiiiiito más segura, espero que con el paso del tiempo, esté segura de mí misma y consiga la nota que realmente quiero. Ay, maestro! pero qué te digo yooo?! Que eres el mejor tutor y profesor de mi vida, que... no sé... GRACIAS POR TODO. Te echaré muchísimo de menos, pero muchísimo. Aunque por supuesto seguiré visitando tu blog! 👏 Este gran curso que se nos ha hecho un pelín más llevadero con esas clases de sociales de 7 minutos, contados. 'Ese maestro que en 7 minutos consigue explicar una parte del tema y que nos enteramos de todo lo que dice' Gracias por ese pedaSo comentario que me has puesto, y si te soy sincera, no me esperaba un 9!
Muy orgullosa me siento de haber estado en esta clase y, por supuesto, de haberte tenido como tutor. Gracias por tanto. Muchísimos besos, no te olvides de nosotros!

María Reyes dijo...

Maestro que grande eres de verdad muchsimas gracias por este curso queeres el mejor maestro que se puede tener y no lo digo por cumplir que te mereces lo mejor maestro te voy a echar muchisimo de menos te obligo a venir a verme el año que vieene algun dia eh jajaja y te espera un gran sorpresita todavia ;)

María Reyes dijo...

Aah y gracias por todo lo que me has dicho que mi texto es uno de los mas largos jejeje maestro te vamos a echar mucho de menos de verdad yo no quiero que te vallas :'"''''( Nos vamos a hartar todos de llorar

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Maestro soy Ismael,eres un maestro grande,te incrementas mucho con el grupo,todo el mundo se lleva bn contigo,y eso es porque te lo has ganado tu cada día en las clases.Me han gustado mucho las excursiones q has hecho con nuestra clase,en respecto con mi curso,en el primer trimestre,a mi me daba igual suspender,y cuando tu hablastes conmigo(el día q me dijistes q me vivas a suspender,y q me aprobastes/menos mal/),me dije a mi mismo,q me podía quedar todas las asignaturas,menos la tuya,porque tu eres el único maestro q dándome la asignatura suspensa,confiastes en mi,y me aprovaste.MUCHAS GRACIAS MAESTRO.

Unknown dijo...

Abrazos espachurrantes para todos

Anónimo dijo...

Hola,soy la madre de Ana López,quiero darle las gracias por la dedicación, la psicología y sobre todo la HUMANIDAD que tiene. Y sobre todo con las edades que tienen y los tiempos que corren.
Repito....GRACIAS. Solo le pido a Dios que Ana siga encontrándose en su camino con personas como usted.
Un placer